Ayer no fue un gran día, tocamos pero todo salió mal, muy mal.
Ojalá y no lo hubieramos hecho, así me hubiera ahorrado la mojada de pies, el frío, y demás factores climatológicos.
Las cosas las hicieron poniéndole mucho esfuerzo para que la lluvia no arruinára el evento, pero la inhabilidad se hizo presente y nos vició todo, nos convertimos en una gran masa de ruido sin sentido (más de lo usual), sin saber que pasaba.
Espero que no vuelvan a suceder cosas como las de ayer.
Todo va a estar bien, como dice mi amigo Santiago.
Me gustó el disco de Test Icicles.